
Y si nuestros hijos piensan en lo que hemos pasado, nos sabran agradecer la vida que hemos dejado, porque pensando siempre en ellos asi la hemos labrado.
Y ahora es la tercera edad, pues tambien nos hemos ado cuenta que el arroz se nos ha pasado, disfrutemos de los nietos que transmiten juventud. No tenemos que educarlos, que los eduquen los padres. Nosotros jugar con ellos y darles mucho cariño, y si ellos lo desean darlos algun que otro achuchon divino, y lo escribe una persona que nunca pudo ser niño, ni tenia unos juguetes, ni tampoco unos vestidos, solo tenia en la vida grandes dosis de cariño, y de esfuerzos en la vida que siempre sabre agradecer, lo que trabajo mi madre para darnos de comer.
Los niños que todo tuvieron nada tienen que contar, seran unos infelices sin vivir la realidad. Ahora que somos mayores lo podemos recordar y a mis hijos y mis nietos recordarles lo vivido, ellos saben escuchar.
Clemente González García
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