viernes, 3 de julio de 2009

LA ALPUJARRA GRANADINA















Acabamos de llegar de un viaje, organizado por el IMSERSO, de Turismo y Naturaleza a la Sierra de La Alpujarra Granadina, que se encuentra situada en la parte suroriental de la provincia de Granada. Venimos encantados del buen trato entre todos, del guía que siempre estaba pendiente y del conductor que con aplomo y seguridad ha sabido ser dueño del volante en tantas subidas, bajadas y curvas en el largo trayecto de Sierra Nevada.
Salimos de Toledo un grupo de 51 pasajeros con el guía Rafael y el autocar de Demetrio Álvarez con dirección a Granada, pasado el puerto de Despeñaperros paramos en un restaurante para comer y después continuar la ruta. Enseguida nos encontramos entrando en Granada y saliendo por la carretera hacia Motril . Cuando llevábamos 32 Km. recorridos nos desviamos a la izquierda y nos encontramos con Orgiva una bella población que dejamos a la derecha para comenzar un trayecto montañoso que iba a durar dos horas largas de subidas y bajadas y curvas a un lado y a otro, mientras las señoras que iban al lado derecho del autocar sentían el vértigo al ver la estrechez de la carretera y el profundo barranco, los desfiladeros y los valles por los que circulaban pequeños arroyos que saltaban entre piedras .
Impresionaba ver la abundancia de vegetación en nuestra orilla con los castaños en flor , otros con sus frutos verdes, nogales, perales , higueras y otros con la fruta sazonada como los cerezos y tantos otros árboles que con su frondoso ramaje ponía su sombra en la tarde soleada y como contraste al otro lado del valle la impresionante sierra pelada que se elevaba formando crestas y oquedades .
Entre tanta vegetación aparecían las poblaciones como manchas encaladas y escalonadas que a medida que nos acercábamos iban haciéndose más grandes.
Pasamos por Lanjarón, una gran población que está al comienzo de La Alpujarra y nos comentaba el guía que quien viene y se queda aquí es como el que visita una catedral y se queda en la puerta y no entra para ver el interior.
La Alpujarra fue núcleo de resistencia cristiano frente al Islam y último reducto morisco en el reino de Granada. Expulsados los moriscos en 1570 fue repoblada por castellanos, leoneses y gallegos.
Leímos indicadores de Pampaneira, Capileira, Poqueira, pueblos cuyo nombre al terminar en “eira “ nos da la sensación de ser nombres gallegos puestos por los pueblos gallegos que lo repoblaron mas tarde. Pero, no es así, nos explica Rafael, ya que el origen de estos nombres es más antiguo y provienen del mozárabe sureño.
Pitres ( pueblo serrano eminentemente marinero al menos por el nombre de sus calles, en la carretera “el Paseo Marítimo”) .















Llegamos a Busquistar, término en el que está nuestro hotel “ Alcazábar de Busquistar”, pero para llegar a él llegamos a Trevélez y lo pasamos y en un cuarto de hora estamos ya en la Alcazabar, donde parece que podemos tocar la nieve de la montaña que aún quedan restos
El hotel es un edificio blanco en el verde del contorno, sobrio en su fachada principal. En la fachada opuesta está formada por varios apartamentos blancos con sus tejados planos y las chimeneas características, que formando varias filas bajan escalonados adaptándose al terrero.

Dentro está formado por amplios espacios propios de un hotel de cuatro estrellas, pero éste de forma rústica y parecido a las casas rurales de gran encanto. Al entrar nos encontramos con la recepción y salas de estar con paredes rojas que contrastan con la escalera blanca que sube a la torre. A la izquierda el restaurante y la cafetería. A la derecha un pasillo blanco largo con puertas a los lados que a trechos se abren a derecha e izquierda con escaleras también blancas que bajan o suben a otras galerías de apartamentos. Todos estos pasillos son un verdadero museo de las piezas de labranza, herramientas y otros objetos antiguos que decoran bellamente sus paredes y rincones, ofreciéndote la curiosidad de conocerlos o la nostalgia al contemplar otros conocidos, recordando tiempos pasados.
El apartamento otra delicia con su entrada, cuarto de baño, dormitorio y un inmenso salón al que no le falta detalle. Por nombrar alguno, un largo diván, sillón de oreja, mesa camilla, chimenea, frigorífico, televisión plana y todo ello muy bien decorado, con ventana protegida por mosquitera y terraza con vistas a la sierra. Un lugar precioso para descansar.
El hotel tiene dos piscinas, una de agua caliente de unos treinta grados y la otra exterior de temperatura ambiente. Cuando llegábamos de las excursiones a las siete de la tarde nos dábamos el baño los bañistas. Yo, que no soy amigo de las piscinas pues en Torrijos apenas voy, aquí no podía resistirme .Prefería la fría y era toda la piscina para mí. Disfrutaba enormemente en un lugar tan bello, como si de un pequeño lago se tratara, con las montañas tan altas de fondo, resquicios de nieve a un lado y a otro poniéndose el sol, vamos, que de película, no lo olvidaré.
Por las mañanas sin hacernos madrugar, aunque ya de ello se encargaban los pajarillos con su alegre trinar.
Después del desayuno hemos salido el primer día a Bubión, municipio rural de alta montaña que tiene declarado su término Parque Natural y Parque Nacional de Sierra Nevada, donde estuvimos visitando una fábrica textil artesana de jarapas, una especie de alfombras.
Estuvimos después en Capileira con sus estrechas calles y empinadas cuestas común en todos los pueblos donde nos encontramos con un mercadillo oyendo el agua bajo el empedrado “ Capileira “ viene de capilares de agua. En su iglesia dicen que está una Virgen de la Cabeza regalo de los Reyes Católicos que no pudimos visitar ni tampoco el museo etnográfico de Pedro de Alarcón , escritor de Guadix que hizo un viaje por esta comarca y escribió el libro La Alpujarra en 1872.











Después a Pampaneira “ productor de pámpanos”, es un buen lugar para sentarse y tomar algo mientras se goza de su paz después recorrer sus callejuelas donde el correr de las aguas no impide el paso, pasadizos , balcones de madera cubiertos de macetas de gran colorido y sus fuentes como la Chumpaneira que sus aguas actúan como mano de santo, de San Antonio, para pillar novio y asegurarse la descendencia.















Por la tarde y después del descanso visitamos Juviles. En la Parroquia nos esperaba el farmacéutico que se convirtió en el cronista de su pueblo explicándonos el antes y el ahora de esta población, después iríamos a una fábrica de jamones pero antes un chaval de 14 años, el hijo del dueño, sería nuestro guía dándonos un paseo por la localidad y aportando con sus explicaciones y nuestras preguntas un mejor conocimiento del lugar.

vamosos hasta el mirador donde a un lado se ve una bonita panorámica del pueblo y al otro lado los restos de un fuerte.
Después , la merienda y visita a la fábrica de jamones
Llega el segundo día y toca descender para visitar Granada capital. Al llegar nos dejan tiempo libre hasta la hora del almuerzo.
Nosotros , que formamos un grupo muy bien avenido, lo empleamos en visitar la Catedral, Capilla Real y Virgen de las Angustias, Patrona de la Ciudad.
Después de comer, a las quince treinta para ser mas exactos y en pleno agobio de calor comenzábamos la visita guiada a la Alhambra y Generalife y sin entretenernos mucho la abandonábamos a la dieciocho quince. No me voy a entretener en hacer comentario de Granada y su Alhambra tan conocidos ya que la larga permanencia de los árabes en esta ciudad la dotaron de tantos monumentos que en el verdad toda ella un museo al aire libre.
Nuevamente la ascensión curva tras curva hasta que nos encontramos en la Alcazábar.
El tercer día después del desayuno hicimos la excursión más bonita e interesante que jamás podíamos imaginar. Nuestro guía iba a ser Antonio, el jardinero del hotel , nativo del lugar y mejor conocedor de su tierra que nos iba a conducir por una ruta de senderismo. Salimos del hotel en autobús hasta Busquistar, un pequeño pueblo, con las características que igualan a todos los de esta comarca, aquí nos bajamos del autobús y comenzamos la ruta sin prisas parándonos donde Antonio lo creía oportuno para darnos la explicación correspondiente al lugar, de una forma llana y sencilla que te hacía conocer mejor la zona y dejándonos a todos entusiasmados.
Nos paramos en una calle techada y nos dijo que se llamaba “ tinao” que era una forma de aprovecha el terreno, ya que las casas están unidas unas a otras. Nos habló de los “terraos” superficies planas que cubren las casas ( como tejado) hecho de launa , una arcilla impermeable abundante en la zona , que se extiende sobre el cañizo, piedras o láminas de pizarra soportadas por vigas de madera. Nos dice un refrán: casa la precisa, tierra la que se ve. Nos cuenta que todas las casa son iguales exteriormente lo mismo sean ricas que pobres, que se juntan y se adaptan al terreno por eso van escalonadas y las calles empinadas.
Nos habla de las acequias que son canales para transportar el agua, excavados en tierra o en roca con una pendiente pequeña. Conducen las aguas desde la zona media de Sierra Nevada hasta los pagos cercanos al núcleo de población.
Caminamos por senderos unas veces llanos, otras pedregosos bajando y subiendo y siempre aprendiendo con las explicaciones de Antonio a la vista de lo interesante. Vemos las eras , construcciones elevadas circulares de piso plano que se realizaban con piedras autóctona que se empleaban para la trilla y el aventado.


Las chorreras, cauces intermitentes verticales de agua que en esta ocasión aportan agua al río Trevélez después de fuertes precipitaciones y escarihuelas que son caminos sinuosos y muy verticales que salvan en poco recorrido grandes desniveles . No podía evitar acordarme de mis excursiones con mis alumnos en las que yo les contaba lo que veíamos como consecuencia de lo estudiado en clase y ahora éramos nosotros los aprendices.
No nos faltó en el recorrido cerezas que estaban a nuestro alcance y agua de sus fuentes que son abundantes
Vimos a lo lejos Mencina , Mencinilla y Fondales y cuando estábamos cercanos a Ferreirola pudimos beber de una fuente agua con gas o gaseosa . Vimos en Pórtugos la Fuente Agria llamada así porque sus aguas contienen hierro. Junto a ella y descendiendo unos cuarenta escalones contemplamos la caída de gran altura del agua ferruginosa en la fuente del Chorreón que dejaba su cauce rojizo teñido por el óxido de hierro y contrastando con el verdor de la vegetación
Volvimos al autobús y con él al hotel. Por la tarde tuvimos la última excursión. Era a Trevélez que ya nos era muy familiar porque por él pasábamos con mucha frecuencia pero que ahora lo patearíamos un rato. Es el pueblo más alto de Andalucía . Allí comienzan las rutas a Sierra Nevada. Nos dijeron que estábamos tan sólo a 10 km del Mulhacén.
Trevélez está formado por tres barrios: el Alto es el más antiguo, el Medio donde está la carretera y el Bajo. Dimos un pequeño paseo por sus calles siempre en cuesta y con bonitos rincones de flores resaltando en la blancura de sus paredes. Todavía quedaban restos de las pasadas fiestas patronales a San Antonio , cuya ermita está cerca del Ayuntamiento. Nos quedó tiempo para hacer compras de productos de la zona, tomarnos una caña y probar el jamón de Trevélez tan famoso por su calidad, atribuida a su clima, donde los jamones se curan de manera natural. Isabel II en 1862 concedió un sello a la calidad de estos jamones.
Vuelta al hotel, baño , cena y tertulia.
A la mañana siguiente emprendimos la vuelta a casa. En este viaje algunos se marearon con la bajada cuando en los viajes anteriores nada de esto había ocurrido. Quizá fuese que el desayuno no se habría digerido. Luego todo se normalizó y llegamos a casa antes de lo previsto. Con muy buena impresión del viaje y haber conocido esta parte de España.
Jesús Pazos Gálvez

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