
En el pueblo de Torrijos tenemos cosas muy bellas, nuestro Cristo de la Sangre y mucha gente muy buena.
Toda la gente le adora y le tiene mucha Fe, a nuestra iglesia La Colegiata, tambien la quieren muy bien.
Yo vine a trabajar a estas tierras castellanas, tierras de grandes cosechas, tierras que son muy bravías… las que endurecen al hombre trabajando noche y dia.
Cuando el campo amarillea pues la espiga ya ha granado, se prepara el segador con todo lo necesario.
Se disponen las cuadrillas de adiestrados segadores, y con sus formas sencillas, bien que hacen sus labores.
Trabajo de sol a sol, agotada paso a paso la fuerza del segador, finaliza su trabajo y se siente cumplidor.
Cuando la luna aparece, va camino de su hogar… su familia le ofrece el cariño que merece y se dispone a descansar.
Estos nobles segadores se merecen los honores, pues han sabido dejar raza de trabajadores.
El segador de Torrijos con su sudor ha regado los campos que el ha labrado, por ello siempre será recordado.
Toda la gente le adora y le tiene mucha Fe, a nuestra iglesia La Colegiata, tambien la quieren muy bien.
Yo vine a trabajar a estas tierras castellanas, tierras de grandes cosechas, tierras que son muy bravías… las que endurecen al hombre trabajando noche y dia.
Cuando el campo amarillea pues la espiga ya ha granado, se prepara el segador con todo lo necesario.
Se disponen las cuadrillas de adiestrados segadores, y con sus formas sencillas, bien que hacen sus labores.
Trabajo de sol a sol, agotada paso a paso la fuerza del segador, finaliza su trabajo y se siente cumplidor.
Cuando la luna aparece, va camino de su hogar… su familia le ofrece el cariño que merece y se dispone a descansar.
Estos nobles segadores se merecen los honores, pues han sabido dejar raza de trabajadores.
El segador de Torrijos con su sudor ha regado los campos que el ha labrado, por ello siempre será recordado.
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